¿Seguro que el teletrabajo ha venido para quedarse?

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El teletrabajo no ha venido para quedarse, al menos en España ya que es uno de los pocos países europeos en los que la implantación del trabajo en remoto ha retrocedido desde el espectacular auge experimentado en 2020 a causa de la pandemia.

En febrero de 2021, el Banco Mundial, apoyándose en un estudio de la consultora Gartner, señalaba que ese año, el 30% de los profesionales de todo el mundo trabajaban desde casa, y que ese porcentaje aumentaría hasta el 48% en la etapa posterior a la pandemia.

En Estados Unidos, el modelo híbrido de teletrabajo aumentó hasta el 49% en junio, y en Europa, según Eurostat, el porcentaje de teletrabajadores aumentó un 8% entre 2019 y 2021, según resume en este artículo el portal informativo xataka.

Sin embargo, la realidad del trabajo a distancia no alcanza esos niveles en todos los países. En España, de hecho, un 27% de las empresas no ofrecen, todavía, fórmulas para el teletrabajo.

Según la “Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en los Hogares” publicada por el INE, solo el 14,0% de los ocupados de 16 a 74 años ha teletrabajado durante
la semana anterior a la entrevista.

Por su parte, el 18,9% declara no haberlo hecho, aunque su trabajo se lo permitiera, y el 67,1% restante porque su tipo de trabajo no se lo permite.

Otras fuentes, como El Economista, incluso reducen más estos porcentajes. Según este periódico, en 2021, solo el 9,6% de los ocupados teletrabajaban de manera habitual (más de la mitad de la jornada semanal). Una tasa muy por debajo de la media europea del 13,5%.

Y sigue descendiendo. En el segundo trimestre de 2022 solo teletrabajaban de manera habitual el 5,4%, según El Economista.

 

El teletrabajo, ¿la nueva normalidad?

Durante la pandemia, el trabajo remoto se convirtió en la nueva normalidad para millones de personas en todo el mundo. Trajo nuevas experiencias a numerosas personas a una escala masiva. La experiencia cambió nuestra mentalidad sobre el futuro del trabajo en todas las capas de la sociedad. Sin embargo, las experiencias no son similares para todos los trabajadores y trabajar de forma remota ha mostrado aspectos tanto positivos como negativos. Para algunos, trabajar de forma remota fue una mera deslocalización del trabajo, complicó la coordinación y el control, desmotivó a las plantillas y destruyó la cohesión de los equipos y la de los empleados con las marcas. Para otros, el teletrabajo creó nuevas oportunidades, mejoró la creatividad y proporcionó más libertad.

En todo caso, el escaso crecimiento del trabajo desde casa en 2021 sugiere que los empleadores españoles no están tan satisfechos con el desempeño laboral de quienes han teletrabajado durante la pandemia como los empleadores de otros países europeos en los que el teletrabajo ha crecido más. Sugiere también que el interés de los empleados por el teletrabajo también se está desinflando por diferentes factores, entre ellos su necesidad de formar parte de una comunidad y la irrupción de nuevas formas de trabajo más colaborativas y sociales que nunca.

La oficina es su punto de encuentro; el espacio al que el empleado quiere o necesita acudir para socializar, intercambiar ideas o simplemente charlar con otros compañeros mientras toman un café. Y también, el espacio donde encuentra las condiciones idóneas para trabajar concentrado.

 

 

 

 

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